Este mes ya sabéis que es el mes de la lucha contra el cáncer de mama. Me gustaría poner mi granito de arena y transmitir todo mi cariño y admiración y decir a todas esas personas que luchan contra esta enfermedad, que sigan firme y con decisión, que son muy valientes y que tengan el coraje de elegir en libertad de seguir adelante aunque a veces se pierda la sonrisa y se luche desde el miedo, el sufrimiento y el silencio.
Da igual de que color es tu lazo: rosa, azul o naranja… Somos guerreros que construimos con la actitud fortalezas, escudos con sonrisas y armaduras de esperanza. Somos maestros del valor en la tormenta.
Personas que, en estos momentos, su rutina, su tarea diaria, su recurso y su estrategia son su lucha por la vida, que, sin darse cuentan impregnan y llenan de luz a todos los que estamos cerca.
Siempre digo que: aprender el valor del esfuerzo nos ayuda a formarnos como personas. Entender y valorar cada acto que ha supuesto entrega y dedicación para salir reforzados y mirar con los ojos desnudos sabiendo apreciar las cosas sencillas. La vida nos pones a veces pruebas muy duras. Nadie dijo que esta fuera justa, que lo importasen no es cómo la vida se porta con nosotros, sino la manera en que decidimos vivir esa vida. La vida es saber mirar al mundo con una mente abierta para captar cada matiz, cada emoción; un paseo por la playa, una buena lectura, una puesta de sol, un beso, unas risas…
La felicidad y tu bienestar esta en ti, porque tú lo vales 😉