Hoy escribiré del origen del traje de flamenca.
El traje de flamenca nace de la forma de vestir en que acudían las mujeres a las primeras ferias de ganado en Andalucía. Sus prendas eran simples batas de trabajo rematados con dos o tres volantes, no pasando inadvertidos ante los ojos de las Señoras mas pudientes. Poco a poco estas humildes prendas, que por el realce que hacían en la figura femenina, se fueron poniendo de moda, de manera que las clases más altas comenzaron a incorporar estos adornos a sus prendas de vestir al acudir a estas ferias de ganado, imitando las vestimentas de las más humildes pero con tejidos de más calidad y diseños mas complejos, pero sin perder su originalidad.
El traje de flamenca ha ido evolucionando con los años y adaptándose a la moda de cada época. Así pasaron de la sobriedad de los primeros años hasta la fecha que son renovados por un aire más alegre y festivo.
La creatividad del traje de flamenca es libre, no se conocen los limites de sus tejidos, adornos, estilos, formas y materiales.
Es el único traje, llamado típico o regional que anualmente concentra una de las mayores manifestaciones de la moda en España. El traje de flamenca no mantiene normas formales ni preestablecidas, sino que es objeto de una continua renovación y diseño hoy en día, al contrario de lo que ocurre con otros trajes tradicionales, el traje de flamenca cambia constantemente y de hecho es el único traje regional que marca moda.
No menos importante son los complementos como: collares, pendientes, mantones y sus flores en el pelo que suelen acompañar con un moño o semirecogidos, adaptándose siempre a las nuevas tendencias.
La Exposición de Sevilla de 1929 sirvió como la consagración del traje de flamenca y la aceptación por parte de todas las clases sociales como atuendo indispensable para acudir a las Ferias y eventos típicos y tradicionales Andaluces hasta hoy en día incluso se asocia su imagen a la de la mujer española fuera de nuestras fronteras.