Los ojos son la ventana de nuestra persona, porque revelan nuestros sentimientos y reflejan en ellos la riqueza de nuestra vida interior.
Nuestra mirada es una de las formas más perfectas de comunicación entre dos seres humanos, incluso traspasando culturas.
Una mirada puede expresar, reproche, tristeza, desilusión, pero también alegría, felicidad, solidaridad, comprensión o amor.
Una función de la mirada es acompañar y reafirmar la palabra hablada.
Los ojos nos envían una comunicación muy precisa y son reveladores porque son puntos focales del cuerpo muy importantes, ya que las pupilas funcionan de forma independiente y no se pueden controlar conscientemente.
En las mismas condiciones de luminosidad, las pupilas se dilatan o se contraen según la actitud y el humor de la persona o si nos atrae o nos interesa algo, nuestra pupila también se dilata.
De esta forma, se puede establecer la actitud de una persona hacia algo, ya que cuanto más favorable sea la actitud, mayor será la dilatación de las pupila.
Cuando algo te entusiasma, las pupilas pueden llegar a dilatarse hasta cuatro veces más de su tamaño normal y cuando alguien está de mal humor, enfadado o tiene una actitud negativa, las pupilas se contraen.
El número de veces que se parpadea está relacionado con la tranquilidad y el nerviosismo, cuanto más parpadeamos más inquietos estamos.
Los movimientos oculares también comunican, los ojos arriba, a la derecha, a la izquierda, ojos fijos o sin enfoque, pueden indicar que se está pensando o recordando en ese momento
Un misterio, que bien entendido, nos alecciona en la comunicación no verbal.
Este tipo de lenguaje, en ocasiones expresa más que las palabras.
Unos ojos serenos se traduce en una mirada confortable, una mirada sincera no teme mirar de frente a los ojos.
Es fundamental mirar a los ojos, pues transmites seguridad.
Algunos ojos pueden ver y no mirar.
Llena tu mirada de sentimientos y tus ojos se verán llenos de vida.
Artículo para VIVESOY DE PASCUAL.