Partiendo de la base que no existe ningún maquillaje, tratamiento ni outfit que cambie la belleza de un corazón, escribo este artículo desde la experiencia y los años vividos que son unos cuantos.
Cuando hablamos de sentirnos guap@s o atractiv@s, la mayoría de las veces lo relacionamos con el hecho de sentirnos o ser jóvenes, aunque esa no es la realidad, ya que no existe una relación directa entre belleza y juventud. Además, esta falsa relación de belleza y juventud, nos hacer cosas absurdas poniendo en juego nuestra salud.
La belleza puede manifestarse de muchas formas, además de depender de la persona que vaya a considerarla en cada momento, la esencia de ser bello para mi es sentirse bien. Cuantas veces nos ha pasado que un día nos sentimos especialmente bien y eso hace que nos veamos más guapos. La belleza surge desde el interior y es una cuestión de actitud hacia ti y para con los demás.
Cuanto más equilibrados consigamos estar, mejor nos veremos y mejor nos sentiremos. Podemos cuidarnos porque nos gusta y porque nos hace sentir bien, pero siempre desde la aceptación de la evolución de la vida y de sus fases. Nos cuidamos porque queremos sacar lo mejor de esas etapas, no para retroceder en ellas.
La madurez llega a las personas en edades diferente y a otras puede que nunca del todo, pero sea como sea, la madurez implica tiempo y el tiempo en las personas significa edad. Los años nos aportan sabiduría gracias a la experiencia y a la práctica de vivir. Es precisamente este aplomo es el que nos puede aportar más belleza y atractivo.
La base de la belleza es el amor hacia nosotros mismos y esto en parte lo aporta la madurez, no la edad e indiscutiblemente la belleza interior de cada persona, todo ello suma.
Si necesitas mejorar o reafirmar tu estilo en este momento tan personal, un asesor de imagen te será de gran ayuda.