Cuentan que un viajero cruzando el desierto vio a un árabe pensativo sentado al pie de una palmera, junto a sus camellos cargados. El viajero supuso que era un mercader de objetos de valor y que se dirigía a vender sus joyas, perfumes y tapices a alguna ciudad vecina.
Como llevaba demasiado tiempo sin hablar con alguien, se acercó al mercader pensativo y le dijo:
-Buen amigo, ¡salud! pareces muy preocupado. ¿Puedo ayudarte en algo?
-¡Ay! -respondió el mercader– Me encuentro muy afligido porque acabo de perder la joya más valiosa de todas…
-Bueno, la perdida de una joya seguro que no es gran cosa para ti. Llevas gran cantidad de ellas en tus camellos y seguro que no te costará reponerla.
-¿Reponerla? -exclamó el mercader- ¡Si fuera tan sencillo! No conoces el valor de mi pérdida…
-¿Cuál es la joya que has perdido? – preguntó el viajero.
-Una joya como ninguna otra, que no volverá hacerse jamás. Se encontraba tallada en un pedazo de piedra de la vida y realizada en el taller del tiempo. Sus adornos eran veinticuatro piezas brillantes, agrupados a su alrededor sesenta más pequeños… Es imposible que se llegue a reproducir otra joya con similares características.
-Debía ser preciosa, sí – expresó el viajero – Pero, con mucho dinero ¿no podrías hacerte otra igual?
–La joya perdida era un día… Y un día que se pierde, no vuelve a encontrarse…
Hace tiempo me encontré con este texto de «Colin Dexter» que me hizo reflexionar sobre el valor del tiempo.
El tiempo es un recurso no renovable, no sabemos cuanto tiempo tenemos o cuanto nos queda. Reflexiona ¿que valor le estas dando a tu tiempo? ¿que haces con tu vida? No caigas en la mediocridad de dejar ir tu vida en cosas inútiles.
Nosotros no perdemos tiempo en la vida;
lo que se pierde es la vida… al perder el tiempo.
Valoro los segundos de escucha, apoyo y aprecio que los demás me dedican porque me ofrecen parte de su vida. Dedicar tiempo se traduce en un me importas, un te quiero, un te apoyo, me gusta tu compañía y eso no tiene precio ni un equivalente material. Porque definitivamente, dedicar tiempo es dedicar vida, por eso te invito a que reflexiones, a que y con quien quieres compartir las joyas de tu vida, tu mayor tesoro.