Es imposible realizar un maquillaje perfecto si tus brochas no están en condiciones óptimas, las brochas debemos cuidarlas y mimarlas. En ocasiones no se le presta la atención que se merecen.
Te recomiendo, para la higiene de tus brochas ya sean de pelo natural o sintético, lavarlas a mano con agua tibia, jabón neutro y libre de aceites y mantenerlas bajo el grifo hasta que el agua este completamente limpia y transparente, como mínimo debes lavarlas (sanearlas) una vez al mes, evitarás un mal acabado en tu maquillaje, bacterias, alergias e irritaciones en tu piel.
La forma de secado es fundamental, no le des con secador, no las expongas al sol o fuentes de calor y no fuerces su secado, lo mejor es dejarlas secar al aire libre tendiéndolas en un paño seco. Si las colocas hacia arriba o hacia bajo las deformas, colócalas en una toalla al borde del lavabo para que no se deformen. No las guardes hasta que no estén completamente secas. Lo mejor es mantenerlas en un cubilete para que estén cómodas. No las guardes en el neceser o te llevarás una sorpresa cuando las vayas a utilizar. Las brochas tienen que estar holgadas o sus fibras se deformarán.
Si no las vas a utilizar, lo mejor es guardarlas en un espacio cerrado para que no se llenen de polvo y recuerda, el resultado final del maquillaje y la duración del mismo dependerá mucho de la calidad de las herramientas utilizadas.
Esta es la forma más natural y sencilla de lavar tus brochas o pinceles. También puedes optar por comprar productos específicos para su higiene.
¡Tú eliges!